Tengo la sensación de que no
prestamos atención a lo que hablamos, cómo lo hacemos y si mostramos claridad
en lo que al final pretendemos transmitir.
En los núcleos familiares mostramos
tendencia a complicarlo mucho más. Mediante el dialogo, padres e hijos pueden
llegar a conectar ambos mundos si adoptan el utilizar todos los recursos que el
lenguaje y la voluntad ponen a su alcance. Llegar a comprender sobre todo sus respectivos
sentimientos y la capacidad que albergan para verbalizar las emociones.
Cada vez me decanto más en pensar
que el lenguaje que utilizan los padres con los bebes es distinto al que
mantienen las madres. Es como si hablasen otro “idioma” distinto. El lazo de la
madre se establece cuando el niño aun está dentro de su vientre. El vínculo que
se genera entre el padre y el bebé se genera en un proceso más lento. No tiene
porqué suceder cuando nace la criatura, hay padres que tardan meses o años en alcanzar
algún tipo de encaje con sus hijos y en algunos casos no sucede nunca.
Hay muchas posibles razones que
fomentan una mala comunicación familiar. Yo destacaría la prisa que muchos
padres tienen por obtener información cayendo en indagar en lugar de sentarse a
escuchar lo que su hijo desee decir. Aquí se rompe la cadena que necesita un
dialogo sano ya que el hijo lo puede vivir invasivo el comportamiento paterno conectándole
con una actitud de cierre. El hijo decide entonces no escuchar a sus padres.
Aun así, se puede trabajar, nunca
es tarde. Algunas pautas sanas para crear un diálogo constructivo familiar
pueden ser:
- Transmitir la información que se emite con enunciados en forma positiva.
- Cumplir la palabra dada. Conecta con la coherencia y la responsabilidad.
- Empatizar y ponerse en el lugar del otro.
- Aportar mensajes sólidos sin contradicciones.
- Escuchar más que hablar, haciéndolo con interés para practicar lo que se conoce como escucha activa. Sentir que tu mensaje es escuchado, no solo oído te conecta más con tu interlocutor.
- Estimular un clima emocional que facilite la comunicación. Adaptarte a su esencia.
- Pedir Feedback para construir a partir de la opinión del otro.
- Exteriorizar y compartir sentimientos.
- Ser muy claros a la hora de pedir algo.
¿Será mejor opción el procurar
vivir el cómo nos relacionamos entre hijos y padres?
¿Podemos encontrar la manera más
sana posible de hacerlo?
Ambas cuestiones tienen un si por
respuesta. Pasar de pantalla implica dejar de pensarlo para comenzar a hacerlo.